A propósito del reciente caso de llamado de atención al colega que (mal) utilizó IA en su trabajo sin verificar las citas que le proporcionó ChatGPT; y en el Día del Abogado/a desde la Prosecretaría de Políticas Digitales y el LabIA aquí va un homenaje al Maestro Couture con lo que podrían ser los Mandamientos del Abogado con IA.
1º. Estudia la IA.
La inteligencia artificial evoluciona a diario. Si no la comprendés ni te actualizás, serás cada vez menos capaz de ejercer una abogacía pertinente, crítica y eficaz.
2º. Pensá con criterio humano.
La IA puede ayudarte a procesar datos y generar respuestas, pero la abogacía se ejerce pensando: discerniendo, interpretando y decidiendo con conciencia y ética.
3º. Trabajá con responsabilidad digital.
La incorporación de IA no reemplaza el esfuerzo ni el compromiso. Usala para mejorar tu trabajo, pero nunca para evadirlo.
4º. Luchá por un uso justo de la IA.
Defendé los derechos con las herramientas digitales que tengas a mano, pero el día que la IA atente contra la justicia o la dignidad humana, luchá por la justicia, no por el algoritmo.
5º. Sé leal, también con las tecnologías.
Sé leal con tu cliente, protegiendo su privacidad y explicándole cómo usás la IA. Sé leal con tu contraparte, sin manipular ni tergiversar datos generados por máquinas. Sé leal con el juez, siendo claro sobre el origen, límites y fiabilidad de los informes automatizados que presentás.
6º. Tolerá el error humano y prestá atención al sesgo algorítmico.
Reconocé tus propios límites y los de la IA. Aceptá otras miradas sobre su uso, en la misma medida en que esperás que se comprenda tu enfoque.
7º. Tené paciencia con los cambios tecnológicos.
La transformación digital del derecho no ocurre de un día para otro. Aprender a usar IA requiere tiempo, reflexión y adaptación institucional.
8º. Tené fe en la justicia humana aumentada.
Confiá en el derecho como herramienta para la convivencia, en la IA como aliada (no sustituta), en la justicia como horizonte, y en la libertad como condición irrenunciable de todo sistema jurídico y digital.
9º. Olvidá el deslumbramiento y el rencor.
Ni idealices la IA como solución mágica ni te frustres por sus errores. Usala, evaluá su impacto, y seguí adelante con humildad profesional.
10º. Amá tu profesión, incluso en la era digital.
Que el día en que una hija/o o un alumno te pregunte si vale la pena ser abogado en tiempos de IA, puedas decirle con orgullo: “Sí, porque seguimos siendo los guardianes humanos del derecho, la justicia y la libertad”.


